Laura D’Amico de Revista Intempestiva, dialogó con la autora del Arca de Milei. Una extensa nota donde se describen los tres shocks que dan contexto al triunfo electoral del “presidente libertario” y las transformaciones generadas por los tecno-ricos a nivel global.
Compartimos un fragmento de la nota publicada el 11 de septiembre de 2024.
La nota completa puede leerse en la web de la revista: Teorías de shock y tecno-ricos, algunas claves para entender el triunfo de Milei.
–Dijiste que no es un libro sobre Milei sino sobre las condiciones que posibilitaron su existencia, ¿cuáles son esas condiciones que hicieron que aparezca el fenómeno?
–El libro está pensado en cinco partes. Las primeras tres partes, que son las que yo llamo los tres shocks, tratan de explicar un poco el contexto y dónde empieza toda la construcción de Milei, directa o indirectamente. El primero es el shock económico, al que ubico temporalmente en el gobierno de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019, que es precisamente donde Milei está más en un rol económico –de hecho ahí no habla de batalla cultural ni se mete con cuestiones que ahora son bastante habituales en su discursividad y en su narrativa-. Él forma parte de un grupo de economistas liberales que corren al macrismo por derecha. Ese grupo, que encabeza en ese momento José Luis Espert –de hecho, él va a ser candidato a presidente en 2019- lo integraban Javier Milei, Agustín Etchebarne –que es el director de la Fundación Libertad y Progreso-, estaba Manuel Adorni, estaba Alberto Benegas Lynch (h) y la mayoría de los economistas que hoy integran el Consejo asesor económico del presidente. En ese momento, ellos eran muy críticos de las políticas económicas del macrismo y eran muy críticos –de hecho el primer capítulo se llama “Caputo el ineficiente”, porque Milei lo llamaba así- de la figura de Caputo y se ponían de su lado en la pelea que había con Federico Sturzenegger, que era en ese momento presidente del Banco Central. Cuando Sturzenegger renuncia, Caputo asume como presidente del Banco Central, se da la corrida bancaria y el hito más cuestionado por Milei y este grupo de economistas en ese momento es la llegada de Argentina de nuevo al Fondo Monetario Internacional. El primer shock, que es el shock económico, lo ubico en ese momento con el hito que es el regreso al FMI y, sobre todas las cosas, asociar la desigualdad que producen las medidas económicas y las políticas económicas a la violencia que empieza a incrementarse. Ahí aparecen varios grupos, no sólo éste de economistas, sino también algunos de los jóvenes que hoy integran el gobierno de Milei, como Juan Pablo Carreira, que es “Juan Doe” en redes, que ahora es director de Comunicación del gobierno de Milei y que tenía un podcast que se llamaba “La hora del bisonte”, en alusión a la figura emblemática del bisonte, que es una figura de la derecha norteamericana.
El segundo shock del que hablo es el shock pandémico, que para mí se lo aborda muy a la pasada o se lo subestima, que tiene que ver con el cambio y la transformación en las relaciones interpersonales y en la transformación en la vinculación de toda la sociedad. Eso es algo que no solo pasó, obviamente, en Argentina sino a nivel global. Estos grupos, que por ahí eran más dispersos en el periodo anterior, se empiezan a encontrar, no sólo en la calle manifestándose en contra de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio, sino también en stream, en distintos programas. Ahí empieza “La misa”, que es el programa que conducía Daniel Parisini, que se lo conoce como “El gordo Dan” pero que ya en ese momento aparece en Madero Radio, que es uno de los medios del grupo de Fernando Cerimedo,que es un consultor político que había ayudado a Patricia Bullrich y a Juntos por el Cambio en 2019, y también un poco desilusionado por el gradualismo del gobierno de Macri se vincula más con los libertarios, con la gente de Milei. Hay un grupo de influencers que conforman “El presto”, que es Eduardo Prestofelippo, Emmanuel Dannan, Álvaro Zicarelli, está también ahí gente de nueva centroderecha, que son agrupaciones que surgieron en el seno de la pandemia, y empiezan a hacer distintos festivales culturales que ellos llaman “Ministerio del odio” en donde, más allá del cuestionamiento de la pandemia, había ya un discurso de antiestado, en contra de las regulaciones. Aparece ahí la figura de los cuentapropistas… Toda aquella gente que no vio solucionados sus problemas individuales en el marco de una situación que colectivamente afectaba a todos empieza a construir un discurso que favorece a Javier Milei y que lo lleva a tomar la decisión de presentarse como diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires en 2021.
Y hay un tercer shock, que yo llamo el shock político, que el hito es el intento de atentado en contra de la entonces vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, donde todos esos grupos y grupos nuevos, como Revolución Federal, van a confluir de manera directa o indirecta, en una discursividad que genera un clima que lleva a justificar, incluso en algunos sectores, el intento de atentado en Juncal. El propio (Fernando) Sabag Montiel, que es la persona que hoy está acusada de ser el autor material del hecho, cuando le preguntan en el juicio que se está llevando adelante ahora por qué tomó la decisión de intentar matar a la vicepresidenta, él dice “por el clima de odio generalizado”. Entonces había ahí una trazabilidad. Por eso hablo siempre de los tres shocks. Para mí es muy difícil analizar la llegada de Milei al Gobierno si perdemos de vista ese proceso de degradación, en términos de las instituciones, de la búsqueda de verdad, de los consensos mínimos que se van rompiendo. Se habla mucho de la posverdad o de las fake news, yo siempre trato de explicar que cuando uno va viendo de manera que se horadan las instituciones con esa posverdad que propone el libertarismo, no sólo acá sino en otros países, la verdad pasa a ser una cuestión de fe y yo creo que Milei entendió ese proceso y, generalmente, lo que uno encuentra cuando escucha sus contenidos culturales o sus discursividades, es que te dicen “esto es así porque lo dice Milei”. Lo que se empieza a notar para mí, que es algo copiado porque es el mismo proceso que se da en Estados Unidos entre 2008 y 2016, donde el Partido Republicano es tensado hacia la derecha –un poco lo mismo que pasa con “los halcones” en JxC- y se genera el “Tea Party”, y después de eso viene Trump. O sea, cada vez más a la derecha.
–¿De qué tratan las otras dos partes del libro?
–En la cuarta parte, que es “Macabeos”, el libro juega mucho con disputar el sentido de las palabras que ellos usan. Los macabeos son todos esos grupos que se fueron gestando, según él en la campaña del 2021, que lo llevan a Milei a obtener el 17 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires en su primera presentación como candidato. En la quinta parte, que es “Principio de revelación”, jugando un poco con esa expresión que tiene siempre, trato de abordar lo que para mí es el fenómeno más importante de este tiempo en términos comunicacionales y económicos, y cómo eso afecta a la política, que son los tecno- ricos. En la pandemia, las empresas vinculadas al capitalismo de plataformas, lo que podemos llamar tecno- ricos, obtuvieron ganancias cuatro veces más a las que tenían planificadas sólo en el 2020. Ahí tenemos la figura de Elon Musk, o de Peter Thiel. En el caso de Musk, además es el dueño de X, que antes era Twitter, y que son las plazas conversación más grandes que existen en el planeta y que están derramando hacia los medios de comunicación. Hablo del ecosistema mediático digital como concepto porque para mí ya no podemos hablar de redes sociales por un lado y medios tradicionales por el otro porque lo que se ha visto es que eso que al principio era sólo un fenómeno de redes, fue derramando en los medios de comunicación, en el mismo decir político. El libro trata de contextualizar y demarcar el hecho de la llegada, entendiendo que es un shock, porque muchos no se lo esperaban y otros tantos lo subestimaron hasta último momento. Pero si uno analiza el contexto histórico, social, económico y político de los últimos, por lo menos quince años, se da cuenta que hay una degradación de la palabra, del debate público, y sobre todo de las condiciones económicas y materiales de la población.

